Sólo alcanzando un buen nivel de ventas es como una empresa puede asegurar su sostenibilidad. Al colocar positivamente en el mercado un producto o servicio, se obtienen las ganancias necesarias para aspirar al desarrollo y la prosperidad de una pyme. Para lograr este objetivo no siempre se necesita seguir complejas estrategias de mercadotecnia: basta con tener la sensibilidad para comprender la psicología de los consumidores. En este sentido, quien mejor nos puede asesorar para esta compenetración intensa con los clientes es uno mismo, pensándose como el Otro. He aquí cuatro consejos para realizarlo.
1.- Mirarse en el otro
Hay que visualizar cual es la imagen que se está proyectando como empresa ante los demás. El mejor modo de hacerlo es tomando distancia y situándose imaginariamente en la posición de otra persona tratar de responder a las siguientes preguntas ¿Cómo se percibe este negocio? ¿Cuál es su posible potencial de ventas? ¿Qué opinión te genera como cliente potencial? ¿Genera esta empresa valores agregados a su labor, que te sean de utilidad? ¿Te identificas con el concepto manejado por esta firma?
2.- Evaluación continua
Con la llegada de los primeros resultados positivos, por muy modestos que sean, hay que registrar adecuadamente sus pormenores: antecedentes y consecuencias. Esto servirá en un futuro como vía para evaluar qué es lo que se hizo correctamente y se podrán establecer las condiciones para repetir ese plan de acción, en el marco de futuros lanzamientos. La continua evaluación y los diagnósticos honestos, se constituyen en elementos imprescindibles para orientarse hacia la excelencia.
3.- Medir los resultados inmediatos
Se debe efectuar un cotidiano y minucioso análisis acerca de cada acción de ventas emprendida y el resultado que se obtuvo con ella. Hay que tener mucho cuidado en que la información integrada y el periodo temporal que comprende proporcionen fiables parámetros. Los cambios de estrategia que se desarrollen, transformaciones ineludibles para cualquier negocio con aspiraciones, dependen de este monitoreo ininterrumpido de resultados.
4.- Establecer nuevos objetivos y alcanzarlos
De acuerdo a la proyección obtenida con referencia al negocio propio, la imagen de nuestra empresa desde el punto de vista del cliente, si es la mejor posible, entonces hay que determinar cuáles son las acciones a seguir para mantener ese conveniente estado, o bien, si esa es la meta que se desea y ya no vale arriesgar más. La mayoría de los empresarios exitosos buscan siempre dar un paso más. Por lo tanto, para crecer hay que fijarse nuevos objetivos- concretos, razonables, pero de vastas miras- y agenciarse los recursos necesarios para alcanzarlos, por ejemplo, con nuevas herramientas tecnológicas, ampliando el horizonte de ventas o incrementando el número de colaboradores.
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