martes, 27 de julio de 2010

Diez extrañas obras de arte


Toda creación artística implica un cierto rompimiento con las formas que influyen en su propia manifestación. Sin embargo, existen ciertos pintores, escultores y performanceros que se atreven a ir más allá de esa tendencia y hacen de la gestación de una obra de arte, algo digno de admiración por cuenta propia. Las siguientes obras de arte no tratan de escandalizar gratuitamente, sino que cada una de sus propuestas se encuentra fundamentada por un sincero deseo de comunicar y motivar la reflexión por medio de la contemplación estética.  





La imposibilidad física de la muerte en la mente de un vivo (1991)

Damián Hirst es el autor de este montaje en donde un tiburón tigre flota en un contenedor de cristal lleno de formaldehído. Se trata de una controvertida manera de estudiar las consecuencias interiores de la certeza de la mortalidad.


La historia del arte chino y la historia resumida del arte moderno después de dos minutos en la lavadora (1987)

Huang Yong Ping nos ofrece una curiosa escultura en donde dos manuales de arte, uno del cultivado en China y otro referente al arte moderno occidental, tras haber sido sometidos a un ciclo de lavado en una máquina lavadora y transformados en pulpa, son ofrecidos a la contemplación del espectador en un pequeño cofre.


Shit Pile (2007)

El polémico Paul McCarthy  elaboró esta composición escultórica de título bastante explícito. Se trata de un grupo de colosales inflables que lo mismo evocan desechos orgánicos que inmensas orugas o morsas. Acaso este artista intenta cuestionar las maneras ortodoxas de contemplar las obras de arte.



Para la oscuridad: situación y circunstancia (1971)

Lynda Benglis, artista norteamericana, montó inquietantes ambientes por medio de colosales formaciones de poliuretano adheridas a la pared. A veces fluorescentes, estas estructuras biomórficas, por medio de ingeniosos montajes de iluminación, parecían crecer a partir de los muros.


Celda: ojos y espejos (1995)

Louis Bourgeois fue una visionaria creativa quien se aventuró a los ínferos del subconsciente por medio de asombrosas esculturas y oníricos montajes. Sus famosas celdas eran instalaciones pesadillescas que incluían diferentes objetos que al ser combinados sabiamente por la autora exhibían hondos simbolismos. 


Bed Piece (1972)

El impredecible Chris Burden, una de las personalidades más inquietas del arte contemporáneo, gustaba de investigar en sus obras y performances los límites de la tolerancia al dolor y el efecto de su exposición al espectador. En uno de sus extraños trabajos permaneció tendido en una cama, en una galería de arte, durante 22 días seguidos. 


Compresión (1970)

César Baldaccini se servía de los más insólitos materiales para elaborar sus creaciones. En esta obra una bicicleta prensada es el pretexto para exponer como cualquier objeto de la cotidianidad tiene un núcleo de potencial estético si se le sabe hallar y exponer. En un inicio César uso este tipo de materiales por razones económicas, pero pronto hizo de este recurso un distintivo de su obra entera.


Riza mi rizo (1991)

Un hermoso mechón de cabello dorado se entrelaza con una tripa de cerdo. Esta composición despierta un sentimiento de atracción y repugnancia a la vez. Posiblemente esta obra busque hacer manifiesta la pureza de lo humano al mismo tiempo que su dependencia total a la profundidad instintiva y animal de su ser. 



Cuerpo de ojos: 36 acciones transformadoras (1963)

Carolee Schneemann autora de este performance, formó parte del mismo, embadurnando su cuerpo con diferentes sustancias y materiales viscosos. La intención de Schneemann era expresar el valor de la feminidad, desde un punto de vista combativo, simbolizado a través de las fuerzas de la naturaleza.



Inter_Skin Project (1994)

El noruego Stahl Stenslie, ha viajado alrededor del mundo para montar impactantes performances en donde de manera agresiva se busca cuestionar ciertos convencionalismos y tabúes en el marco de diversas sociedades. Uno de sus más brillantes creaciones es este traje especial para experimentar esculturas táctiles a distancia. Las obras se encuentran separadas del espectador a distancias  incluso continentales, pero el espectador puede disfrutarlas (hasta eróticamente) por medio de una serie de sensores colocados en diferentes partes de su cuerpo.














  



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