Si bien los especialistas en la publicidad comercial no demeritan el peso que tienen aún los medios convencionales, si coinciden en que el crecimiento vertiginoso que han tenido en el último quinquenio las redes sociales de internet obliga a un replanteamiento radical de las formas de promoción.
Estos foros dinámicos y entuiastas motivan la participación de personas distanciadas geográficamente pero vinculadas por algun tema de interés común que les permite estrechar contactos y puntos de vista. Los expertos en el marketing ya han visto todo el potencial que este fenómeno social promete: un horizonte vasto de clientes posibles. Incluso una nueva especialización empresarial se ha gestado por tal circunstancia: la administración de redes sociales. Ahondemos en ello, a continuación.
Deseo de ser escuchado: escuchar un deseo
El impulso inicial de las redes sociales es el de manifestarse y ser tomado en cuenta. Parece haber finalizado la hegemonía de las comunicaciones en un solo sentido, cuyo ejemplo más patente es la que se da en el radio o la televisión. Hoy pocas veces un medio puede ufanarse de tener la nota del día, puesto que innumerables corrientes de datos circulan continuamente entre millones de internautas . El ámbito de los negocios no ha podio quedar ajena a toda esta radical transformación. Practicamente la mayoría de las empresas cuenta hoy con presencia en las redes sociales más populares: Facebook, Linkedln, Twitter, etc. Cada una de ellas ofrece una alternativa particular para las necesidades de las empresas de acuerdo a sus giros. Las empresas también participan ahora de ese gran coloquio que define los derroteros de lo contemporáneo.
La marca como rostro
Las redes sociales tienen el (peligroso) atractivo de permitir la construcción de una imagen, un avatar, que no necesariamente se relaciona con la esencia de una persona o entidad sino más bien con la trascendencia que esta quiere alcanzar. Las empresas han derivado este mismo afan en la practica de acercarse a sus clientes a través de las redes sociales escuchando sus necesidades y transformando su imagen, su marca, de acuerdo a los requerimientos que se le soliciten. Antes el procedimiento para movilizar un proyecto empresarial podía seguir la siguiente secuencia: crear una marca propia, conocer a los clientes posibles y desarrollar un procedimiento de marketing. En la actualidad las redes sociales han alterado por completo este esquema: la marca, el rostro de una empresa tiene la primacía y a partir de esta virtualidad instauradora la arquitectura entera del proyecto tiene su soporte y las posibilidades de su máxima prosperidad.
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