A veces se piensa que las innovaciones más sorprendentes de la tecnología no tienen un vínculo directo con los ámbitos empresariales. Posiblemente se crea que allende el registro de patentes para posibles proyectos futuros, los adelantos tecnológicos revolucionarios simplemente ya no entrañan interés alguno hasta el momento de producirlos o comercializarlos masivamente. Sin embargo, existen maneras de gran valor pragmático en las que las novedades de la informática pueden resultar de gran provecho para los empresarios y sus dinámicas. Conozcamos una de ellas en las líneas que siguen.
Practicando los negocios
Recientemente un grupo multidisciplinario de científicos logró construir un simulador virtual de entornos empresariales para utilización universitaria. Este programa es capaz de poner a prueba a los futuros ejecutivos, colocándolos ante factibles situaciones de mercado. A este provechoso software se le ha denominado como SIMBA (Simulator for Business Administration). No obstante, la valía del SIMBA es de tal proyección que puede ser usado tanto por usuarios a nivel universitario como por profesionales de los negocios.
Entrenar y consolidar
Para los estudiantes universitarios, empresarios en ciernes, las actividades desarrolladas con el SIMBA significan una buena oportunidad para poner en práctica los modelos teóricos aprendidos en las aulas. Asimismo, para los empresarios en activo las maniobras con el SIMBA se perfilan como una excelente ocasión de medir su alcance competitivo. De hecho algunas de las alternativas de manejo del SIMBA incluyen niveles de complejidad varios o bien la medición del desempeño en distintas áreas empresariales.
Objetivos claros
La meta del SIMBA, de acuerdo a sus creadores, entre los que destacan diseñadores españoles de la Universidad Carlos III de Madrid, es brindarle a los usuarios la posibilidad de gestionar sus proyectos empresariales y conducirlas a la máxima prosperidad o a la quiebra definitiva, de acuerdo a las decisiones tomadas en los entornos presentados por el simulador. La practica hace al maestro y ahora, gracias al SIMBA, al mejor empresario también.
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