El mundo de la adultez se perfila ante la percepción infantil como un ámbito fascinante pero inexplicable. Muchas obras de la cultura universal han partido de esa premisa para desarrollar argumentos notables y de gran profundidad. Pero, de la misma manera, la etapa de la infancia tiene sus aspectos oscuros, ciertos instintos que campean sin restricciones morales y que para la mentalidad de los adultos pueden traducirse en una inocente crueldad. La tensión de estas perspectivas se manifiesta de talentosa manera en las ilustraciones del francés Jean-Baptiste Monge. Sus criaturas de fantasía: elfos, duendes, hadas, brujas y monstruos, comparten esa perplejidad cautivante que produce el reflejo de lo absolutamente otro. He aquí una muestra de estos trabajos.
Fuente: http://www.jbmonge.com/
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