La luz es tan noble que con su brillo siempre deja ver algo distinto de ella misma y además, como luminosidad, únicamente se manifiesta- cual si fuera un obsequio- a través de la vista de quien la contemple. Parecería un principio moral anidado en el espacio de los fenómenos físicos: la sublimación de la materialidad. Y en la luz natural se hacen más patentes las cualidades anteriores. En la siguiente colección de fotografías se destaca la multifacética valía de la luz natural, que con una misma manifestación logra enriquecer tanto la realidad física y existencial de las personas.
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