Pensar el futuro es tal vez, el ejercicio filosófico definitivo. No existe una manera más eficaz de hacerse sabio que combatiendo al tiempo. La cárcel de la temporalidad obliga al entendimiento a captar los detalles de la realidad en parcialidades sucesivas. En cambio, quien intenta vislumbrar el mundo del mañana, proyecta en el porvenir imágenes inspiradas en el pasado, de acuerdo a la sensibilidad de su presente. Así entonces, en los siguientes paisajes futurísticos que compartiremos- publicados en el sitio web Naldzgraphics.net-, el tiempo se concentra en sus tres momentos vivenciales, por medio de la imaginación y la creatividad, ofreciendo a la inteligencia un camino para trascender los relojes y el calendario y enriquecerse con la libre atemporalidad del disfrute estético.
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