Desde sus antecedentes en la Grecia antigua, en la tradición de la tragedia, la ópera conserva esa orientación invocatoria hacia la trascendencia. Ciertas figuras, motivos estéticos y propuestas de pensamiento se conjugan para hacer de cada representación operística un motivo de jubilosa religación entre los oyentes. Todo cobra un nuevo sentido cuando los últimos acordes finalizan, la reverberación de los coros aún perduran en el ambiente y el telón va cayendo. Pero en este evento catártico, el espacio donde se despliegue es vital para su efecto. Es por eso que destacaremos las siguientes salas de ópera de diferentes partes del mundo, por la belleza que exhiben en su proyección integral.
Magravial Opera House, Alemania
Amargosa Opera House, Estados Unidos
Bavarian State Opera, Alemania
Civic Oper House, Estados Unidos
Palais Garnier (Telón), Francia
Cuvillies Theatre, Alemania
Drottningholm Palace Theatre, Suecia
States Theatre, Checoslovaquia
Hingarian State Opera House, Hungria
La Fenice, Italia
La Scala, Italia
Mariinsky Theatre, Rusia
Metropolitan Opera House, Estados Unidos
Mikhailovsky Theatre, Rusia
Opera de Monte Carlo, Monaco
Oslo Opera House, Noruega
Palais Garnier, Francia
Palau De Musica Catalana, España
Romanian Antheneum, Rumania
Royal Opera House, Inglaterra
Royal Swedish Opera, Suecia
Teatro Amazonas, Brasil
Teatro di San Carlo, Italia
War Memorial Opera House, Estados Unidos
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