La cotidianidad nos adormece la percepción de lo maravilloso, esa que tanto distingue a los niños, los sabios y los locos. Cuando una creación artística nos despierta esa sensibilidad, las fuerzas del espíritu se renuevan jubilosas y todo adquiere un fresco sentido. Una muestra de ello, esta estupenda pintura urbana por parte del alemán Edgar Mueller. En un despliegue de lúdico virtuosismo, Mueller logró un extraordinario efecto visual 3D en esta cascada, pintada en una calle de la ciudad de Moscú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario