A veces tan cuestionadas por el daño que puede causar su proliferación para el medio ambiente, las bolsas de plástico pueden llegar a ser, en contraste, objetos de arte y belleza. La instalación de Nils Voelker, consistente en 108 bolsas de plástico, da buena fe de ello. Esta obra de arte, titulada, "One Hundred and Eight" incluye dispositivos computarizados para controlar el inflado de las bolsas.
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