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lunes, 9 de agosto de 2010

Nao, el robot que exhibe emociones

Nao es un robot que interactúa y establece vínculos con la gente. Responde a señales no verbales como por ejemplo, gestos y movimientos diversos del cuerpo. Los investigadores ven en Nao mucho potencial para ayudar a los niños que padecen autismo o bien, como apoyo para preparar a los niños para realizarles cirugías.




Cuando Nao trata de comunicar tristeza lo hace encogiendo los hombros hacia el frente y mira hacia abajo. Cuando expresa felicidad se estira pidiendo un abrazo. Si por alguna razón se atemoriza, se encoge por completo y así permanece hasta que paulatinamente se calma con breves y suaves movimientos de cabeza. Cuanto más convive Nao con alguien, más aprende los gestos y particularidades de esa persona, lo cual afianza los vínculos que establece con ella.


Mientras que los ingenieros japoneses han logrado enormes avances en la tecnología de la robótica, los investigadores europeos se han centrado más en la manera en la que, se anticipa, será la interacción de los humanos con estos seres artificiales, en cuanto se torne masiva su presencia en la vida cotidiana.



Una muestra de ello es Kaspar, el proyecto de robot creado por Kerstin Dautenhahn, profesor de inteligencia artificial en la Universidad de Hertfordshire. Kaspar tiene la apariencia de un pequeño de dos años de edad. Es capaz de efectuar varias expresiones faciales y hacer juegos de niño pequeño. Dautenhahn también ensaya con un robot para tareas de la casa en un domicilio. Esto con el objetivo de analizar la relación a largo plazo entre este tipo de máquinas y las personas.




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