Las infografías constituyen medios gráficos de exhibir datos estadísticos para ayudar a la comprensión de ciertos fenómenos. Sin embargo, en cierto modo, todos tenemos una visión infográfica de la realidad: asimilando cierta información, descartando el resto y lo más importante, exhibiendo un particular estilo con el cual exponemos esta lectura del mundo. Precisamente eso es lo que nos define a cada uno como individuo. Los colores, el orden, la forma en de nuestra infografía interior es irrepetible y por lo tanto valiosa. No es tan importante lo que expresa esta infografía interior, sino como lo hace. Justo como sucede con los discursos que se despliegan en los márgenes del entendimiento: el de los enfermos mentales, los marginados, los niños o los poetas. Lo anterior se inspira en las infografías sin sentido del diseñador Chad Hagen: colores del delirio, multifacéticas estadísticas del vacío.
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