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lunes, 12 de julio de 2010

La salud en buenos términos

La medicina es una actividad imprescindible no solo para la pervivencia de las sociedades sino incluso para conservar la vida de las personas. No obstante, aun teniendo esta capital relevancia, es común que muchos de los términos relacionados con esta actividad los utilicemos sin comprender a ciencia cierta sus raíces etimológicas y significados precisos. En los párrafos que siguen, comentaremos algunos de ellos.




Médico y doctor

En el idioma español, habitualmente se utilizan las palabras “médico” y “doctor”, como si se tratara de sinónimos, pero lo cierto es que cada uno ostenta una raíz etimológica diferente. De hecho, pueden señalar campos de actividad humana que no están forzosamente relacionados con devolverle la salud a la gente. “Médico” se deriva del término latín mederi que significa “curar”. Mederi por su parte, proviene de la raíz indoeuropea “med” que alude a tomar medición de las cosas. Por lo tanto, palabras como modista, meditar, molde o remedio, se encuentran vinculados en cierta manera, con “médico”. En lo que se refiere a doctor, se trata de de un modo coloquial para señalar a un médico, aun cuando no ostente títulos académicos. La palabra doctor, en el ámbito del latín de la edad media, se relacionaba con erudito. Y es que en el latín más antiguo, doctor correspondía a maestro, es decir, se desprendía de “doctus”, un derivado de docere, que significaba enseñar, instruir. A final de cuentas, doctor se aviene más con el saber del profesionista de la medicina y médico, en cambio, con la labor de ayudar a los enfermos.




Símbolo comprensible

En la mitología griega, Hermes era el mensajero de los dioses y se le representaba ataviado con un bastón ceñido por un par de sierpes y un par de alas extendidas en la parte superior. Este detalle de Hermes aludía a la paz en los tiempos antiguos. Fue hasta el siglo XVII cuando se comenzó a vincular el sentido de este símbolo con el de la medicina y la profesión de quienes la cultivaban. La clave para comprender este desplazamiento de sentidos, está en la similitud que tiene el bastón de Hermes con el báculo de Esculapio, dios romano de la medicina y trasunto del griego Asclepio. Este último era representado con una vara de ciprés, con un ofidio enrollado en ella. La semejanza entre ambos símbolos, produjo la referencia que hasta nuestros días se preserva.


Bienvenida la salud!

Otro detalle curioso es la relación que guarda el término salud y el de saludo, Ambas palabras devienen del vocablo latín salus, es decir, “seguridad, salud o saludo”. De tal modo que saludar a alguien es en mucho, desearle buena salud.



Basado en un artículo de la revista Muy Interesante, versión para México:







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